1.- La resiliencia no supone seguir desarrollándose como si la tragedia no hubiera existido. Por tanto no se retoma el desarrollo anterior sino que se produce un nuevo desarrollo a pesar de la misma.
2.- Por otra parte el éxito social tras una infancia difícil no es necesariamente un indicador de resiliencia. El éxito social puede ser el fruto de disociarse del trauma. Un fruto secundario de una neurosis.
Pero sospecho que en algunos casos muy llamativos de resiliencia la persona inicia un nuevo desarrollo pero que se encamina directamente a mirar cara a cara el contenido de su trauma.
Una niña nace en una familia caracterizada por la violencia, la negligencia y el desamor. Sufre abusos sexuales de otros niños, de su propio hermano y a los 13 años es violada por un desconocido. Queda embarazada y aborta. Pasa por distintos hogares de acogida y finalmente llega a una familia que la acepta y atiende. Hoy en día es religiosa y se dedica a ayudar a mujeres embarazadas para que puedan tener a sus hijos. Se puede leer su historia en el nuevo libro de María Vallejo-Nájera, «Mala tierra» en la editorial Ciudadela.
Está claro que ser monja católica no es, hoy en día, un éxito social. Pero ¿es una neurosis?. Yo no contestaré. Soy psicólogo y tengo una hija monja. Gracias a Dios. ¿Hace falta que diga más?