Hoy ha sido un buen día. Cansado, pero ha valido la pena. Hoy he conocido dos profesionales sospechosos.

He conocido a una profesora se ha atrevido a ir más allá de lo profesional en el interés por ayudar a un alumno. Se ha atrevido a implicarse en su desgracia y en su dolor. Y se ha llevado su sufrimiento a su casa y ha llorado de impotencia por no poder ayudarle como ella quisiera.

O eso cree ella. Porque yo sé, como profesional que cada vez miro más la vida desde la lógica de la vida y no de la razón, que tiene toda la pinta de haberse constituido como tutor de resiliencia para un niño que no quiere que le quieran porque quizá tiene miedo a un nuevo abandono.

Un tutor (esa vara que se pone a ciertas plantas para guiarlas en su desarrollo) es un punto de apoyo. En este caso un punto de apoyo emocional. La profesora ha sido capaz de anteponer el bienestar emocional del niño a los logros académicos. Capaz de ver a un niño sufriente detrás de un comportamiento complicado. Y capaz de decirle a un alumno que le quiere.

Sé que la dirección de su colegio le apoya pero no me extrañaría que algún compañero o compañera (con la mejor intención) le haya sugerido que no se implique tanto. Que no es profesional. Por eso les llamo profesionales “bajo sospecha”.

Yo por mi parte le agradezco su implicación. Pero esta implicación va más allá de lo profesional porque está en la esfera de lo personal. Esto no se puede exigir y no lo hago. No lo aplaudo porque sea un ejemplo. Esta corriente de simpatía no surge siempre. Surge cuando surge. Pero hay que ser muy valiente para no parapetarse en la profesionalidad para no entregarse como persona.

Después he recibido un e-mail de una persona que conocí hace unas semanas en un curso sobre resiliencia. Ya allí sintonizamos por una circunstancia personal que nos unía. Pero hoy me cuenta que profundizar en la resiliencia  le está ayudando a desculpabilizarse. ¿De qué se sentía culpable? De traspasar lo profesional para decidir ayudar a un o una usuaria más allá de lo que le exige su trabajo y su profesión.

No estoy manteniendo que es profesional dejar de serlo para ayudar en lo personal a un cliente, paciente, usuario, alumno…. Eso sería contradictorio. Simplemente mantengo que la relación de ayuda no se agota en lo profesional y que criticar a quien pasa de lo profesional a lo personal para ayudar a alguien no es justo. No es criticable. Es admirable. Y si no…. apaga y vámonos.

Así que la amiga (ya la considero así) que me ha escrito hoy ha dado con la perla maravillosa que yo descubrí en la resiliencia. Hay que escuchar a las personas que se han rehecho de grandes adversidades de la vida y estar atento a lo que dicen que les ayudó. Y si lo hacemos sólo podemos llegar a una conclusión: es necesario re-humanizar nuestras profesiones si nos dedicamos a la relación de ayuda.

Evidentemente prefiero que me opere un imbécil que domina la técnica que un cirujano majísimo inexperto. Pero ¿quien ha dicho que nuestro modelo tenga que ser la medicina? Estamos hablando de dolores del alma no del duodeno.

Le contestaba en el email que este verano descubría una canción llamada “titulitis” que habla de lo que nos van a servir nuestros diplomas y títulos en un hipotético juicio final. Tan divertida como la canción es la presentación que su autor, Migueli, hace en este video (Ojo: el estribillo es pegadizo y te puedes descubrir en el trabajo canturreando a ritmo de blues… “Yo tengo un culo… yo tengo un culo…”)

(Ubicación en el Blog-rrador: 15)

15 comentarios en “Profesionales sospechosos. De la titulitis a la tutoritis.

  1. Qué sorpresa encontrar a Migueli en tu blog. Hace unos 8 años tuve el placer de conocerle y escuchar su cd de HUMANIZAR, no tiene desperdicio. ( ¿eso lo puedo poner en mi currículum?). Un abrazo.

      1. Pues ahora mismo no sé el título… Pero ponte en contacto con Migueli, seguro que te dará más información. Anda que no es apañao! Saludos

      2. Que no sé el título porque escuché la canción cuando todavía no estaba lista del todo. Y me pareció absolutamente preciosa. No sé en qué disco la habrá incluido… si estará ya en el mercado o no. Por eso te digo que le preguntes 😉

    1. Muchísimas Gracias, María.
      hace poco estuve escuchando varias canciones de estos dos CD y pensé que podría ser esa. Pero había mucho follón en caso y tuve que dejarlo. Así que no te puedo decir ahora si la llegué a escuchar o no. Pero en cuanto pueda la vuelvo a oir. Gracias de nuevo. Hace muy poco Migueli estuvo en Valencia pero yo no me enteré. Fue un amigo y luego me dijo que estuvo genial. Una pena.

      1. En su página puedes ver los conciertos que va a dar o los actos a los que va asistir. Si no lo has visto en directo, merece la pena…! Otra cosa, me resulta muy interesante tu blog. Gracias!

  2. Hola, he visto a través de las redes sociales que Migueli va a estar pronto por Valencia… Por si te interesa!
    *VALENCIA … 12 ABRIL viernes
    CURSO “Relación de ayuda” en la UCV (Universidad Católica de Valencia)
    *VALENCIA … 13 ABRIL sábado
    Teatro Salesianos Avda La Plata .

  3. Holaaaa Javier! Buceando o husmeando en tu blog.
    Es interesante (no digo «muy» porque eso ya es halago 🙂 )
    Me he puesto contenta porque «me has llamado» valiente. No he descubierto nada, creo que soy valiente… miedica pero esencialmente valiente, valiente en la vida. Pero tú hoy y aquí, una vez más, me apoyas.
    Te explico.
    ¿Profesional siempre? ¿O persona ante todo?
    Hace unos días atendimos al hijo de una usuaria de residencia. No era difícil darse cuenta de que tenía algún tipo de trastorno emocional. Pasaba de la pesadumbre a la risa histérica, y viceversa, cuando relataba lo que él consideraba mal trato o desatención a su madre por parte del personal del centro.. Estábamos en el despacho compartido que conoces, él sentado, mi compañera tras la mesa sentada también, y yo al lado de pie.
    Sabíamos, por la directora del centro, que se pasa las tardes allí, poniendo pegas a todo y diciendo a l@s trabajador@s lo que tienen que hacer y cómo..
    En un momento de la entrevista, tocaba hablarle claro e ir concretando fórmulas para el entendimiento y la búsqueda de soluciones.
    La residencia en cuestión no tiene precisamente mala fama. Y el buen hombre, la verdad, mostraba desequilibrio y un discurso poco objetivo.
    En un momento dado le mencioné el modo de intervención invasivo, en clara referencia a su manera de actuar. ¿Imprudente? Tal vez. Pero mi experiencia me dice que cuando la cosa se enreda y se vicia, como en este caso la relación establecida entre este hombre y la institución, hay que intentar clarificar al máximo, y este hombre tenía que escuchar su parte de responsabilidad.
    No lo encajó mal pero le llamó la atención. Y se puso alerta.
    Fue algo natural y espontáneo… me puse en cuclillas, para quedarme a su altura y a la de mi compañera, y poder establecer un correcto contacto visual (de pie, y alta era como… ). Y le maticé lo de invasivo. Pensé que le había ofendido.
    El señor se destensó y tengo claro que se fué con la sensación de haber sido bien atendido (entre otras cosas para eso me pagan).
    Bien, mi jefa me dijo que lo de ponerse en cuclillas había sido poco profesional, y que la entrevista se había alargado demasiado porque le había hecho sentir «muy a gustito». Literal.
    Esta crítica o comentario tiene un trasfondo de pelos de punta.
    Volvería a hacerlo tal cual.
    Loquitos, colgados, desgraciaos… usuarios de servicios sociales… Parece que hay que despacharlos rapidito, no se nos vaya a pegar algo.
    Me revienta la titulitis de Migueli, y la profesionalitis de mi jefa y otr@s tant@s.
    Un abrazo.

    1. ¡Jo! ¡Que experiencia más chula! Es este tipo de anécdotas y experiencias es el que necesito de vez en cuando para no creerme que el blog navega por un mar infinito de elucubraciones intelectuales. Y aunque nos arriesgamos a que tu jefa lea esto… me da igual… Dice Jorge Barudy muchas veces que el mejor recurso que tenemos somos nosotros mismos. Es importante recordar esto porque cuando se trabaja mucho con papeles y oficios uno pierde la perspectiva del sufrimiento de la gente. Así que ponte en cuclillas todas las veces que haga falta y no sólo eso. Cuando tengais a alguien de prácticas enséñaselo y recomiéndaselo. Que en la Universidad venden mucho la cabra de la profesionalidad. Y por cierto.. recuérdale a tu Jefa que una entrevista nunca es larga. Lo que es largo es irse a almorzar y pasarse por El Corte Inglés.
      Un beso.

Replica a Mayte Cancelar la respuesta