Creo que si tuviera la suerte de conocer y tratar a Philip Zimbardo éste diría que yo soy una persona razonable bien orientada en el tiempo.

descarga

No soy de esas personas que siempre miran al pasado. Hasta el momento, y a pesar de haber tenido una vida estupenda, nunca he mirado para atrás con melancolía. O quizá precisamente por eso, no sé.

Por otra parte no soy de esas personas tan volcadas en conseguir metas futuras que no viven el presente. Solemos admirar a las personas que posponen todo por aprobar una carrera o una oposición pero no sabemos el precio que pagan por ello y, en eso, quizá no sean tan admirables.

Pero tampoco soy de esas otras que viven el presente, no como los lirios del campo mencionados por Jesucristo, sino como «yo a lo mio y a los demás que les den» (una madre del sistema de protección me decía un día: «No, ahora no necesito dinero, tengo ahorrados… ¡50 euros!» El problema es que tenía 4 hijos a su cargo)

Pero sí hay un aspecto que últimamente hace que una ganancia presente me produzca tristeza y quizá un pelin de rabia.

Algo como al que le toca la lotería y se enfada porque no le tocó cinco años antes. Algo como a quién un amigo le ofrece ayuda cuando ya se ha comido el marrón enterito. ¿Cómo se le llama a este sentimiento? Porque nostalgia y melancolia creo que es echar de menos algo que se tuvo y que se perdió. Pero esto es «echar de más» una ganancia presente porque no se tuvo en el pasado.

Y también hay un algo de envidia… ¡Cabrones! !Si yo hubiera tendido esto que vosotros tenéis cuando yo era como vosotros! Es la decepción del regalo que me llega cuando ya apenas lo puedo usar.

Probablemente no necesitamos una palabra para esto y se le puede llamar simplemente «gilipollez».

Hace 30 años, cuando comencé a trabajar en protección a la infancia (alguien he decidido que «menores» es un termino despectivo y me vas a perdonar pero pienso que lo que ocurre es que hay mucho idiota aburrido) no teníamos en España apenas referencias profesionales y bibliográficas para enfrentarnos a nuestra tarea. Algo de Felix López; la obra clásica y traducida de Bolwby… Creo no equivocarme al decir que, si hubiera tenido entonces alumnos o alumnas en prácticas, me las hubiera visto canutas para llenar un folio de libros y profesionales de referencia en este tema.

Hoy, sin embargo, a los y las futuras psicólogas que vienen a hacer prácticas conmigo podría rellenarles sin esfuerzo más de cinco folios de libros y de profesionales que en España son una referencia para aprender cómo son y cómo trabajar con niños, niñas y adolescentes que han tenido una infancia difícil. No voy a citar ni a uno o una sola porque, para no dejar a nadie, no podría terminar este post. Si alguno de ellos o ellas leen esto ya sabe que estaría en los folios.

Y encima ahora mi tocayo y casi mellizo de DNI, Javier Romeo, con el respaldo de  Espirales Consultoria de Infancia (el mismo, Pepa Horno y colaboradores)   nos ofrece el acceso a un trabajo suyo llamado Acompañando las heridas del alma. Trauma en la infancia y adolescencia elaborado para un nuevo proyecto con Aldeas Infantiles SOS a través de su Oficina Regional para América Latina y el Caribe.

EF8lmxEWoAEsQsK

He tenido la fortuna de conocer el cariño y la dedicación con la que Javier preparó este documento, antes y después de haber impartido una formación de tres días en Asunción, Paraguay, a representantes de dicha entidad.

Un nuevo documento que me alegra y me duele recibir cuando mi carrera como acogedor y como técnico en esto de «la protección social a seres humanos por debajo de los 18 años» está dando sus últimos coletazos.

Pero si tú te dedicas a esto o quieres hacerlo y no estás disfrutando ya de tus nietos y nietas… ¡Que suerte tienes!

Te dejo el enlace al blog de Espirales desde donde puedes descargar el material.

Pero para que me envidies tú a mi… ¡Mañana pienso pasar un rato agradable hablando con el autor!

(Otra de las alegrías derivadas de salir de vez en cuando al ciberespacio a compartir elucubraciones para mi resiliencia)

Un comentario en “Más de 5 folios…

  1. ¡Qué sorpresa, Javier!

    Muchas gracias por un comentario tan cálido a mi manual “Acompañando las heridas del alma. Trauma en la infancia y adolescencia”. Me alegro mucho de que te haya parecido útil, esa era mi intención.

    Sabiendo por experiencia lo difícil que es la intervención con niños, niñas y adolescentes que han sufrido mucho, este documento ha sido una oportunidad de compartir claves que a mí me han ayudado, con muchas referencias al trabajo de tantas personas y equipos (algunas de las referencias me las diste tú en concreto cuando estuvimos hablando de este proyecto, y otras las he leído de tu blog).

    Y, ciertamente, yo también vivo las conversaciones que tenemos como algo que nos enriquece humana y profesionalmente.

    Un abrazo,

    Javier Romeo (con “o”)

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s