Contestar en público a la pregunta de cuál ha sido el mejor día de tu vida es delicado porque vas a tener que saltar, sí o sí, la barrera de lo políticamente correcto. Porque quizá en tu memoria no esté en esa categoría el día que conociste o te uniste formalmente a tu pareja. O…
Tu desgracia no es una oportunidad. Es una putada.
