Muy pronto tengo que , y quiero, junto con un compañero, atender a unas personas que están sufriendo. Tras pasarse meses intentando ayudar a que una niña pasara lo mejor posible su institucionalización hasta una medida de protección familiar estable, el sistema del que formo parte, no sólo no se lo ha reconocido y agradecido sino que los ha maltratado. Por desgracia no es un caso aislado. Necesitan cerrar página y por ello han pedido el encuentro. ¿Cómo hacer para acompañarles en ese proceso?
La vida y elucubrar en este blog (que te recuerdo que tiene el subtitulo: «la relación de ayuda desde el fenómeno de la resiliencia») me ha permitido saber que, de cada 10 cosas que se me ocurra decirles es muy probable que 9 no sirvan para nada. Incluso unas cuantas les pueden hacer daño.
Repaso mentalmente:
Nada de indignarme más que ellos hasta que sientan que les he secuestrado su dolor.
Nada de mal de muchos, consuelo de tontos.
Nada de consejos.
Nada de positivismo estúpido.
…
Sólo sé que debo ampliar las orejas y encerrar con candado la lengua.
Quizá 5 minutos antes me relea estos tres párrafos del último Newsletter del psicólogo social Adam Grant:
En tiempos difíciles, instar a las personas a ser positivas no aumenta su resiliencia. Niega su realidad.
Las personas que sufren no necesitan sólo buenas vibraciones. Necesitan una mano para mantenerse firmes a través de todas las vibraciones.
La fuerza no proviene de sonrisas forzadas. Proviene de sentirse apoyado.
Sé lo que no hacer. Pero no sé si podre no hacerlo. Y no lo sé porque no me he preocupado suficientemente de aprenderlo y practicarlo.
¡Ay, Santa Bárbara! ¡Que pena no poder hacer en un instante el curso universitario del que me avisa una persona a la que le estoy muy agradecido, Ana Martínez Cuevas, y que comparto con los cuatro freakies que os asomáis a este blog!
En la web del curso tienes un pequeño video de Juan Carlos Bermejo explicando lo que es el «Counselling». Y además, si te pasa lo que a mi que soy negado para los idiomas, aprenderás como se pronuncia el palabro aunque sea sin acento anglosajón. Te lo copio porque escuchándolo entenderás por qué me arrepiento de no haberle dedicado un espacio en este blog a esta forma de acompañamiento a las personas que se encuentran mal.
Ana: ¿me ayudarás a llenar este tremendo hueco?
De momento abro la categoría en el blog.
Por algo se empieza.
Diseñando pasados Recordando futuros 
Qué difícil es acompañar estas situaciones… espero que fuera lo mejor posible para la niña y para vosotros. Un abrazo Javier
Perdona Mariu por tardar en aprobar y contestar. Me sigue costando creer que hay alguien al otro lado al que le pueda interesar lo que publico y se me olvida entrar a ver si hay algún comentario. Gracias por estar ahí. No sé decirte si fue bien o mal. Solo se que ellos lo agradecieron.